viernes, agosto 03, 2012

La vida estimulante de las series televisivas (extranjeras)


Soy una señora mayor. La fecha de nacimiento que consta en mi DNI así lo certifica; la imagen que me devuelve el espejo del baño, el único que hay en mi casa, es la de una mujer entrada en años, cuya juventud ha pasado, y bien pasada que está, a la historia; la capa de invisibilidad que me sustrae a las miradas del deseo carnal, me confirma, día tras día, que el tiempo de los romanticismos ha pasado, para mí.
Sin embargo, ventajas de la edad,  la treintañera que habita en mí, junto con la niña, la adolescente, la pragmática, la romántica y todo ese largo etcétera que componen mi pandillita interior, se ha abierto paso, estos días, y me tiene sorbido el seso.
¿Motivo? ¿Razón? La segunda, a la par que breve, entrega de la serie televisiva inglesa, producida por la BBC —igualito, igualito que aquí, en eso de las producciones, la libertad de prensa, la objetividad informativa, etcétera—, televisión pública de the Yunaited Quindon, chu poins, Lip service.

¡Ay, ay, y ay, qué par de días tan estupendísimos hemos pasado mi treintañera y yo! 
Vamos, que he tenido que sujetarla para que no sacara el billete a Glasgow, previo paso por MI peluquería porque, yo, en manos de las estilistas escocesas, no me pongo, a realizar la pertinente peregrinación a los lugares que tantas alegrías nos han dado, a ella y a mí.
Par de días en los que he estirado los seis miserables capítulos de los que consta la entrega, y eso que me he controlado como una campeona para que no cayeran los seis la misma noche de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
Ahora bien, desde aquí os lo digo, en breve, procederé al necesario, a la par que obligado análisis, de la susodicha serie, que ya iba echando de menos sumergirme en estos mundos, así que, la vais visualizando, está en YouTube, subtitulada en castellano, porque luego no quiero ni quejas ni lamentos porque reviento la trama.

jueves, julio 05, 2012

La vida reivindicativa de las golfistas feministas


¡Sí, señoras mías, sí! Aquí estoy, porque he vuelto, después de una larga, larguísima ausencia, motivada por la abducción a la que me ha sometido la mi Barbie,  para compartir con ustedes-vosotras la hazaña, la proeza, la alegría, el orgullo y la satisfacción del triunfo que, la mi Marcelilla y yo, materializamos ayer mismo en la jornada inaugural de la temporada de trofeos golfísticos veraniegos. Temporada que pensamos jalonar de triunfos y trofeos, por nosotras, y por todas nuestras compañeras, cuasi excluidas de los trofeos a causa de una normativa que favorece, ¡cómo no!, a los hombrones, que acaparan primeros puestos, con sus trofeos y premios correspondientes, en los torneos domésticos* de los bonitos campos de golf de la geografía española.
Hoyo 5, con su bonito, a la par que jodío lago.















Es por ello, oyes, que nuestra clasificación de ayer fue hazaña y proeza. Fuimos las ÚNICAS MUJERES que conseguimos meternos entre las diez primeras parejas clasificadas —de un total de TREINTA Y CUATRO inscritas, mayoritariamente masculinas—,  en el “Torneo de La Manzana” del mes de julio que se celebra en el Club de Golf Villaviciosa, consiguiendo la sexta puntuación y, todo sea dicho de paso, unas botellinas de vino de Rioja, crianza del 2008, que constituían el premio, además de la consiguiente bajada de hándicap correspondiente a los 40 puntos stableford que nos marcamos.

Vamos, que estamos que nos salimos del mapa. Y más que nos vamos a salir. ¡Prepara-i-vos, paisanos!

*Se denominan domésticos a los torneos que organizan los clubes para jugadores (y, de rebote, para jugadoras) amateur.  

jueves, abril 26, 2012

La vida desoladora de la realidad escolar y una presentación obligada


Esta mañana di una charla-taller para las madres (los padres también estaban invitados, pero no asistieron) del AMPA de un colegio de mi localidad, con motivo de la Semana Cultural que hacen coincidir con el Día del Libro.
Por aquello de que una es lo que es, y estábamos en lo que estábamos, elegí, como tema, "Las mujeres en la Literatura.

Para empezar el taller, les pedí que recordaran su primera experiencia como lectoras, aquella que tuvieran más vívida en la memoria, y que intentaran revivir las sensaciones que habían tenido entonces y las expresaran en un par de palabras.

Cosa curiosa, todas las que se decidieron a compartir su experiencia con el grupo, nos contaron lo que habían sentido cuando aprendieron a leer. Todas, menos dos.
—La mía no es una experiencia bonita —dijo una de ellas. Me acuerdo, como si fuera ahora, de que, cuando estaba en 4º de EGB, nos obligaron  a leer “El Principito”. No entendí nada. Por más que lo leía, y mira que lo leí veces, no entendía nada de nada. No pude hacer la ficha que me pidió la maestra, ni resumirlo, ni decir lo que más me había gustado, porque no lo entendía. Lo pasé tan mal, que odié el libro y dejé de leer.
—Hace poco —continuó—, fui a una librería con mi hija y lo vi allí. Habían hecho un libro de dibujos. Se lo compré, y lo leí. No entendí nada. Odio ese libro. Odio los dibujos.





Y hasta aquí puedo (y quiero) escribir sobre este tema. Aún tengo el corazón encogido.

Y sí, amable concurrencia, por fin, hela aquí, ella, la mi tabletina. He dado en llamarla Barbie, por aquello los complementos.















La tapina me hace juego con el sofá

Excuso deciros que estoy emocionada. Que me siento como cuando tenía siete años y SS MM los RR MM de Oriente, nos pusieron, a lamirmana y a mí, un supermercado. Con sus cajitas de madera, sus frutas diminutas, las barritas de pan, los pescadinos…, la pesa, y ¡la caja registradora!
Así es mi Barbie. Con sus apps para lo que se lo pidas, tan monas, tan chiquitinas, ellas, y tan grandes, que te las bajas y luego las tiras, o no.















La primera aplicación que me bajé fue "Star Walk", en honor a Maruja Torres
Ya os iré contando, y pidiendo consejo, of course. De momento, ando en modo pruebas. Y lo que pruebo, que diría la mi amiga Frabisa, me rechifla.

martes, abril 10, 2012

La vida dubitativa de las decisiones

Tengo que lo decir: soy una persona austera. O, lo que es lo mismo, me cuesta mucho, pero que mucho, mucho, darme a las compras, sobre todo si no tengo claro que vaya a sacarle todo el jugo al objeto de mi deseo.
Pero, hasta las personas austeras, que no tacañas, como yo, de vez en cuando tenemos un caprichín. Y yo, en este momento, tengo uno. Bueno, en realidad hace meses, muchos meses, que llevo barruntando la idea de hacerme con esta aparateja:
Tanto me lo he pensado, que ya paso de seguir dándole vueltas al asunto de la amortización. La quiero. Y cuando decido que quiero algo, entonces, sí, lo quiero ¡ya!
Hace un rato he subido a "El Corte Inglés" y, por segunda vez, mientras esperaba que me entregaran la aspiradora, que la había llevado a arreglar, estuve echándole un vistazo, con la amable ayuda de un operario de la sección.
Estuve en un tris de llevármelo, pero, de repente, me ha asaltado una duda. ¿Tendré suficiente con las 16 gigas de memoria que tiene el único modelo que, en este preciso momento en el que ya he decidido gastarme los cuartos, me oferta el susodicho gran almacén? ¿Mejor espero a que les llegue el de 32? ¿Para qué coño se utilizan los gigas en este aparatejo, si se tiene a disposición una nube, iCloud, gratuita con capacidad infinita o, en su defecto, existen en el mercado discos duros externos de, hasta, 2 terabytes?
¿Hay alguna persona humana que, por favor, pueda ayudarme a tomar mi decisión?
Es que, esta noche he soñado con ella y no veo el momento de tenerla en la mano.
Infinitamente agradecida.

jueves, abril 05, 2012

La vida aclaratoria de las palabras golfísticas

El golf es un deporte muy entretenido, a la par que completo.
Completo, porque, aparte de consistir en darle estacazos a una bola hasta conseguir que entre por un agujero de mínimas proporciones, se prectican, a la vez, y por el mismo precio, otros deportes tal que: trekking, senderismo, montañismo, escalada y pesca deportiva.
La tarjeta (plano) de un campo cualesquiera, suele marcar unos 5600 m. de media, que son los que recorrería la bola, que no tú, si dieras los golpes justos, o menos, en cada hoyo.
Como lo de “dar los golpes justos, o menos, en cada hoyo” resulta asaz improbable, una jugadora mediocre e irregular como la que suscribe, suele recorrer los campos en zigzag, salvando los más variados desniveles, con lo que incrementa considerablemente los metros recorridos hasta duplicarlos, o lo siguiente.
Es por ello, oyes, que podría denominarse al golf como Pentatlón. A saber:
—Trekking. Las caminatas propiamente dichas, campo a través. La tarjeta no cuenta los trayectos extras que se realizan en busca de la bola perdida y hallada (con suerte) entre, un suponer, bosques, matorrales, regatos, zanjas, y demás accidentes geográficos situados a diferentes niveles topográficos, que pueblan los bonitos campos de la geografía regional. Es por ello, oyes, que esos 5600 m. se duplican, y lo siguiente.





Los senderos y el campo a través, en este hoyo de 373 m. lineales, 900 m., o más, reales.


—Montañismo. Ascensiones a las diferentes cotas a las que, a causa de tu impericia, mandaste la bola, en vez de situarla en medio de la calle, tal y como mandan los cánones.
—Escalada. Ascensiones a las partes más agrestes de los campos, a las que, a causa de tu impericia, enviaste la bola, en vez de situarla directamente en el green (si el hoyo es par 3, como el del gráfico adjunto), tal y como mandan los cánones.

En este hoyo, lo normal es que las bolas se vayan, ora al río (las pescas), que se interpone entre la salida y la llegada al agujero, ora al monte de la izquierda (escalas para buscarlas).

—Senderismo. Recorrido por los senderos que comunican un hoyo con otro.

—Pesca deportiva. Consistente en pescar, de los numerosos ríos, riachuelos, regatos o lagos, las bolas que, a causa de tu impericia, arrojaste a las aguas de los susodichos.

Para llegar al agujerín del hoyo 1 (en ángulo recto con las florecillas, tras el bosquete de la izquierda) hay que salvar dos veces el río Gafo. La caña se convierte en un palo imprescindible.

Dicho ello, se comprenderá que cuando se consigue realizar el número justo de tiros para llegar a green e introducir la bolica por el agujerito en el número de golpes que mandan los cánones, esta jugadora, mediocre e irregular, lo celebre como si hubiera ganado la chaqueta verde del Master de Augusta.


Una de mis hazañas del día de mi cumple consistió en salvar de un solo tiro el barranco del hoyo 13 de La Llorea para situarla en el antegreen y arrancarle un bogey (1 golpe sobre el par del hoyo) que, como se puede apreciar en este gráfico, resulta asaz complicado.

A mayores, tengo que vos lo decir, gracias a las caminatas, subidas, bajadas y demás vicisitudes de este completo y entretenido juego, tengo les piernes y los glúteos como pegoyos (de hórreo).

¿Se le puede pedir más a este deporte?

domingo, abril 01, 2012

La vida agradecida de las palabras

Ayer fue mi cumple. Sí, queridas amigas, lectoras, público en general. Ayer sumé un dígito más a mi cuenta particular de años vividos.

No soy mucho de hacer balances, la verdad, y menos en fechas señaladas, pero sí que tengo por costumbre, no sólo en las mencionadas fechas, si no a diario, dar las gracias por los regalos que me da la Vida.
Para empezar, por estar viva y razonablemente sana de cuerpo y mente; para seguir, por todas las personas (y animales) a las que quiero, y me quieren, y me lo hacen sentir; en general, por todas y cada una de esas pequeñas cosas que me hacen la Vida más fácil (desde la calefacción, hasta el agua corriente, pasando el coche, la nevera y la lavadora), y también por las que me la complican, porque gracias a ellas aprendo.
Ayer, cuando me llamaron para felicitarme, un par (que también son pareja) de mis más queridos amigos, y me dijeron que no tenían esperanzas de que les contestara, porque pensaban que estaría por ahí, de juergona, celebrando, me pillaron en el sofá, disfrutando de la cenorra que me había preparado como homenaje: sandwich de queso maasdam fundido y frutas variadas con yogur, aderezadas con galletas María, mientras veía un par de capítulos de mi nueva serie favorita, NCIS Los Ángeles, pelín fundida, a la par que feliz, a causa de los 18 hoyos que me había metido entre pecho y espalda, con lamirmana, en La Llorea.
(Marcelilla, si lees esto: llegué a green con el primer golpe en el 13 y en el 16 (par, en este último); de 2 en green en el 9 y en el 14 (par, en ambos dos), 2 rayas, en todo el recorrido y algún que otro bogey. Total: 39 púans. )
¿Se puede pedir más? Igual sí, pero para mí, el día de ayer, fue perfecto, entre otras cosas porque así lo había planificado todo, excepto el resultado de la partida golfística, que ahí, ya, me conformaba con lo que me saliera.
Por todo ello, oyes, GRACIAS, VIDA.

jueves, marzo 29, 2012





viernes, marzo 09, 2012

Este momento

Por mí...

... y por todas mis compañeras.

sábado, febrero 25, 2012

Este momento



sábado, febrero 18, 2012

La vida cansina de las verificaciones

Desde aquí os lo digo, queridas amigas, amables lectoras, público en general: estoy hasta el mismísimo arco del triunfo de las jodidas verificaciones de los cojones. Acaban con mi paciencia, me sacan de mis casillas, me enervan, me hacen perder el tiempo y, lo que es peor, me impiden disfrutar al 100% de vuestros blogs.





Es ver el maldito requisito, ponerme de los nervios y entrarme la tentación de no comentar.
Así que, por favor os lo pido, suprimid esa opción de vuestros blogs.


Es tan sencillo como se puede apreciar en el gráfico adjunto:




Configuración→ Comentarios→¿Mostrar verificación de la palabra para comentarios?→ NO, coño, NO.



Eternamente agradecida.
 
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